Gordon H. Clark
No objeto la palabra racionalismo, aunque quizás el término
racionalidad podría causar menos malos entendidos. Descartes, Espinosa, y
Leibniz produjeron una teoría epistemológica que podría muy bien ser
llamada de Racionalismo del siglo XVII. Para ellos el conocimiento debe
estar basado solamente en la lógica. En un sentido Hegel es similar.
Para esos hombres, como para Platón, la mente humana es esencialmente
omnisciente, y ni la experiencia sensorial, y mucho menos la revelación
sobrenatural pueden adicionar información a los equipamientos de la
sabiduría innata. Si alguien me acusa de ser un Racionalista en el
sentido del siglo XVII, creo que él no necesita de ninguna respuesta
complementaria en esta conjetura.
En la teología de siglos más recientes, el término
racionalismo tomó un significado diferente. Sin ninguna ligación
epistemológica, el término ha sido aplicado a aquellos que rechazan la
revelación. Por ejemplo, los deístas, que eran empiristas, tenían una
religión supuestamente desarrollada a partir de un estudio de la
naturaleza física y humana. La información verbalmente revelada por Dios
era innecesaria e imposible. Como algunos de mis oponentes pueden
intentar asociarme con esa línea de pensamiento inexplicable,
nuevamente no es necesaria ninguna respuesta en esta altura .Me culpan
de, “absolutizar la ley de la contradicción”, “hacer la razón humana
autónoma” y hasta que igualo la mente de Dios a mi propia mente son
acusaciones que han sido hechas. Tal vez las exposiciones de Wheaton son
una réplica suficiente a esas acusaciones. Y yo sonrío delante de las
objeciones más recientes, pues mi mente puramente humana está tan lejos
de ser autónoma que yo no le concedo ninguna capacidad inherente, sea la
que sea.Sin embargo, un cristiano debe comprometerse con el
racionalismo o la racionalidad bajo la pena de ser irracional, él debe
ser lógico, bajo la pena de ser ilógico, y también bajo la pena de negar
que Dios es sabiduría y verdad, y bajo la pena de afirmar que Dios es
autor de paradojas y confusión.
[…]
No niego que soy un “evangélico racionalista y calvinista”. Pero
a la luz del uso contemporáneo del término evangélico, utilizado por
aquellos que no tienen ningún derecho histórico a él, sería mejor hacer
de la palabra evangélico un adjetivo y dejar calvinista como un
sustantivo.
Traducción: Raul Loyola R.
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