En varios medios de comunicación se está invitando para
9-11 de diciembre 2010 a un gran seminario en Rosario, Argentina, bajo el
impresionante título, "Viviendo en lo sobrenatural". Lo patrocina
Ministerio Internacional Redil de Cristo (www.conjesussepuede.org.ar). La
concentración del jueves 9 y el viernes 10 se realizará en el estadio cubierto
"Newell's old boys", con la presencia de Oscar Jesús Sensini, el
"apóstol" Guillermo Maldonado y el profeta David Maldonado. El costo
para estos dos días:
pago anticipado $100 Campo, $60 Platea;
Pago en noviembre: Campo $120, Platea $80.
El sábado 11 será día de clamor en los predios del ex-Rural de Rosario,
donde caben 30 mil personas. "Nuestro clamor a Dios es para tu milagro y
porque juntos vivamos en lo sobrenatural del Espíritu de Dios".
Este lenguaje, y otras frases similares y muy relacionadas,
están tomando popularidad en la siempre sensacionalista jerga de las grandes
estrellas de la iglesia televisiva. Es el evangelio de las ofertas llevado a su
límite extremo, ahora la de "vivir en lo sobrenatural".
Hace poco escuché a Rony Cháves llamar a todos a
"entrar en un espacio profético" porque "hay que incursionar en
tiempo sobrenatural, donde se para el tiempo". No es fácil entender el
significado de expresiones tan altisonantes y sublimes, ¡pero aparentemente
debe ser algo maravilloso y sumamente grandioso!
Otro predicador, en el canal "Enlace", repitió la
fórmula completa: "hay que incursionar en tiempo sobrenatural, donde se
para el tiempo, para entrar en un escenario profético". (Eso de que
"se para el tiempo" parece derivarse de la idea griega de que la
eternidad es atemporal, de modo que "incursionar en tiempo sobrenatural"
significaría entrar en una esfera donde no existe el tiempo. Pero esa idea
griega no es bíblica; en la eternidad se vive el tiempo de Dios, aunque no el
tiempo finito de la creación. Textos como Sal 23:6, "en la casa de Jehová
moraré por largos días" [hebr], o Apoc 22:2, que habla de los meses y años
en la nueva creación, muestran que los hebreos no tenían ese concepto abstracto
de una eternidad "donde el tiempo se para").
En la maratónica de Enlace para noviembre 2010, un
predicador de nombre Joel relacionó estos conceptos directamente con la ofrenda
que pedían como "siembra". "Hay que entrar en un nuevo
nivel", exhortaba el predicador, "por un momento de posicionamiento
[¡Otro aporte impresionante al léxico teológico!]. Diga Ud ahora mismo, me uno
a este tiempo profético, tome ya el teléfono para pactar con Dios". Al
parecer el hermano Joel entendía que una ofrenda a Enlace era el "momento
de posicionamiento" para entrar al nivel profético y sobrenatural. ¡La
ofrenda es como la puerta al mismo cielo!
Un corolario de esta doctrina se llama "el
rompimiento". Este extraño término es una traducción poco adecuada del
término del inglés, "breakthrough", que no parece tener un
equivalente satisfactorio en castellano. El término inglés significa salir de
una condición para abrir paso hacia una situación nueva. El "apóstol"
Maldonado lo describe como "el rompimiento a un nivel sobrenatural" y
de "intercesión de alto nivel; una oración sobrenatural". En medio de
toda la ambigüedad, en todas las fórmulas está el concepto de un salto
instantáneo que nos hace salir de lo natural para entrar en lo sobrenatural.
Es muy impresionante la creatividad de estos movimientos en
inventar nuevas fórmulas, como si inventar nuevas frases nos comunica nuevas y
profundas verdades. Pero siempre tenemos que preguntar cuánta base bíblica
tienen estas novedades y cuán fiel bíblica y teológicamente son sus propuestas
para la vida de fe.
Debe llamarnos la atención que la palabra
"sobrenatural" no aparece en toda la Biblia, y la palabra
"natural" se usa mayormente para indicar el país de uno (Ex 12.19 y
casi siempre; Hch 4.36 natural de Chipre; 28.2,4 etc). Las palabras
"natural" y "naturaleza" a veces señalan lo que es normal o
correcto (Rom 1:26-27,31; 1Cor 11:14; 2Tm 3.3; Judas 7), pero no en el sentido
metafísico griego ni como opuesto a "sobrenatural". Términos como
"divino", "milagro" (la Biblia no tiene palabra para
"milagroso"),"cielo", "arriba", y otros
parecidos, tienen todos su significado bíblico muy específico, pero ninguno
significa "esfera sobrenatural".
Un texto que podría malentenderse en sentido metafísico es
2 Pedro 1:4, "llegar a tener parte de la naturaleza divina" (Gr. theías
fúsis). El contexto aclara el significado de "naturaleza" en este
versículo: consiste en dejar atrás la corrupción mundana y "vivir como
Dios manda" (1:3-4). No es un cambio metafísico sino ético, no de
"esfera" sino de conducta. Lo aclaran muy bien Louw y Nida en su
léxico del griego, como "participar en la semejanza de Dios, ser como Dios
en ciertos aspectos".
En fin: bíblicamente, no existe ninguna "esfera
sobrenatural", ni mucho menos una dicotomía o antítesis entre "lo
sobrenatural" y lo "natural". En la historia de la teología
cristiana, el binomio ha sido "naturaleza y gracia", desde una
perspectiva cristiana, y no "lo natural y lo sobrenatural" desde una
perspectiva metafísica.
Al encarnarse el Verbo divino, no dejó una esfera
sobrenatural para entrar en otra esfera, la de lo natural. En un cuerpo humano,
de carne como la nuestra, Jesús vivió plenamente su eterna realidad divina,
siendo Dios y hombre a la vez, en una sola persona humana. Tampoco pasó su vida
terrestre tratando de escaparse de la esfera natural para irrumpir en la esfera
sobrenatural. En su vida, muerte y resurrección, todas plenamente humanas, él
nos salvó. La herejía nestoriana, que separaba y aislaba las dos "naturalezas"
de Jesús, fue rechazada por la iglesia como herejía. En su ascensión también,
Cristo no dejó a un lado su humanidad para irrumpir en una esfera sobrenatural.
A la diestra del Padre, Jesucristo sigue siendo el mismo Resucitado y en su
segunda venida se manifestará corporal y visiblemente (Hch 1:11).
En la Biblia, pocas cosas son puramente
"sobrenaturales" (en un "plano sobrenatural") ¿Fue
"sobrenatural" el nacimiento de Jesús? Los evangelios nos dicen que
María lo concibió por el Espíritu Santo, pero su embarazo duró nueve meses (Luc
2:6; cf. 1:36), y el alumbramiento (2:6) fue como el de cualquier chiquillo,
con todo y dolores de parto (cf. Ap 12:2). Nada indica que el embarazo de María
y el nacimiento mismo de Jesús fuesen "sobrenaturales". Es que Dios
no hace esa distinción entre "natural" y "sobrenatural"
sino que suele realizar sus propósitos divinos por medio de procesos
"naturales", sin manipularlos desde su trono celestial.
¿Fue "sobrenatural" la inspiración de las escrituras?
Es cierto que el Espíritu Santo actuó de manera divina muy especial en el
proceso de escribir los libros canónicos. Pero el Espíritu inspiró la Biblia
por medio de autores humanos. La inspiración de las escrituras no fue un
dictado "sobrenatural", palabra por palabra, dejando a los autores
bíblicos como simples autómatas en un proceso mecánico. Los profetas
"estudiaron y observaron" el mensaje de salvación, buscando
entenderlo mejor (1P 1:10-11); San Lucas buscó todas las fuentes y averiguó los
hechos históricos de la vida de Jesús (Lc 1:1-4); San Pablo luchaba por
comunicarse eficazmente, y hasta se lamentó por un momento de haber escrito una
epístola a los corintios (1Cor 2:4; 2Cor 1:13-2:4,9; 6:11-13; 7:2,8-9). Cada
autor bíblico se expresa desde su propio trasfondo, en su propio contexto y con
su propio estilo literario. La inspiración de la Palabra de Dios no fue un
dictado "sobrenatural" (para emplear ese término inapropiado) sino
una confluencia dinámico entre acción divina y acción humana.
¿Funciona el cumplimiento de las profecías siempre a nivel
"sobrenatural"? Sin poder entrar en detalles, conviene observar que
la gran mayoría de las profecías del Antiguo Testamento se cumplieron mediante
acción humana. Las profecías de la caída de Asiria se cumplieron por los
ejércitos de Babilonia; de la caída de Babilonia, por los ejércitos de Persia;
el fin del exilio de los judíos, por un decreto de Ciro. José y María no vivían
en Belén, pero según el relato de Lucas, fue un decreto de Augusto César (Lc
2:1-7) que hizo cumplirse la profecía de Miqueas 5:2 (Mt 2:5-6). El arresto y
crucifixión de Jesús, centrales al plan de Dios, fueron acciones humanas
plenamente libres y responsables. Las profecías son reveladas divinamente, pero
las más de las veces se cumplen humanamente, en el mismo "plano
natural".
Como último ejemplo, una sanidad divina, ¿se realiza en
"la dimensión sobrenatural"? Me parece que no. Es acción de Dios,
pero se realiza en un cuerpo de carne y hueso, en la tierra y no en algún plano
"sobrenatural". Y de hecho, ¿cuál sanidad no es divina, directa o
indirectamente? Como dijo un famoso médico francés, "Dios los sana y
nosotros les cobramos". (Digo eso con todo respeto a la profesión médica y
al admirable cardiólogo que recién me implantó un marcapasos).
¿A qué se debe este extraño (y yo diría, morboso) afán de
"irrumpir en la dimensión sobrenatural"? ¿Podría interpretarse como
un anhelo de escaparse de lo humano y lo histórico? ¿O peor, una ambición
implícitamente idolátrica de subir al cielo y ser un poco igual a Dios? ¿O será
simplemente una táctica más de algunos predicadores que, sin tener algo serio y
bíblico para decir a sus oyentes, se afanan en inventar nuevas frases y
conceptos exóticos de entretener a su público y mantener su propia popularidad
y éxito?
Un vasto sector de la iglesia evangélica hoy está enfermo,
que va tumbando insensatamente de una moda poco o nada bíblica a la próxima
calentura teológica igualmente aberrante. Esas novedades sensacionalistas no
edifican a la iglesia sino que hacen daño al pueblo del Señor. Que Dios nos
tenga misericordia y sane su iglesia.
Escribo estas líneas la noche del sábado. Mañana iré a la
iglesia, a la vuelta de la esquina de nuestra casa. Seremos unas cincuenta
personas, y cantaremos todos con mucha fe y alegría los himnos y cánticos que
nos inspiran. (¡Y cómo canta esta congregación, con fervor y entusiasmo!)
Leeremos la Palabra del Señor y sentiremos su presencia. Confesaremos nuestro
pecado y recibiremos el perdón de Dios. Compartiremos nuestras alabanzas y
peticiones como una familia, y de hecho la somos. Oraremos. El pastor nos dará
una exposición clara y sencilla de la Palabra del Señor, pero -- ¡gracias mil a
Dios! -- no nos invitará a "irrumpir en la dimensión sobrenatural".
En América Latina hay muchos miles de congregaciones y
pastores/as que todavía son fieles. Alabado sea Dios por ellos, y que Dios los
multiplique miles de veces.
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